A veces te das cuenta de que realmente existe gente buena, humilde y amable en este mundo... y si son minoría, que lo sean... pero el caso es que existen. Piensas que no saben lo que hay... albergas el deseo de no mostrarles tus miedos... Es un error. No hay nada más bonito que decir al mundo entero que tienes miedo de fallar, que tienes miedo de defraudar, que tienes miedo de no encajar... porque todo en esta vida es superación, y si nadie tuviese miedos, seríamos una pandilla de sobrados. Pero al lado de eses miedos, tienes deseos de salir, deseos de alegrar, de ayudar, de estar en la vida de alguna persona especial. Ambas emociones, sentimientos, son compatibles. No huyas de ellas.
Poco a poco, compruebas que el querer ocultar o esconder tus manchas es una tremenda tontería... que esa historia ya se quedó atrás. Muy atrás. Conoces personas que admiras y... luego se tornan los papeles y esas personas te admiran a ti. Y dices: "joder, ¿qué coño está pasando acá?". Pues que estás en una nueva etapa. Aquella en la que te quieres, en la que te amas y en la que te respetas a ti misma(o). Aquella en la que das más importancia a la amistad, al amor, al deseo, al estudio, al trabajo... a todo... antes que al vitíligo. Es ahí cuando la gente que tienes a tu alrededor se da cuenta de cuánto vales como persona.
¿Quieres realmente que lo blanco oscurezca tu vida? ¿Quieres realmente depender o sentirte condicionado por el vitíligo? ¿No crees que ya va siendo hora de que sonrías y disfrutes de la vida como uno merece?
Piénsalo. Si eres buena persona, si te importa la gente que quieres, si deseas sentirte realizado, trabajar, ayudar a los tuyos,... ¿por qué te niegas a aceptar la felicidad?
Soy joven... lo sé: me falta mucho que aprender para poder enseñar un poquito... Pero si yo he aprendido algo en esta vida, es que de nada sirve ocultarse al mundo si el mundo te quiere conocer.
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